Armadura medieval francesa de los siglos XV - XVI (miniatura)

Durante siglos, las figuras del caballero occidental y del samurái japonés se han presentado como símbolos del honor y la rectitud moral, encarnando códigos éticos supuestamente inquebrantables. Sin embargo, una cuidadosa relectura histórica sugiere que esta imagen idealizada debe matizarse.
Por un lado, aunque los samuráis observaban normas de conducta vinculadas a la guerra y la lealtad, el concepto de bushidō (literalmente "el camino del guerrero") no se codificó realmente hasta el periodo Edo (1603-1868). Fue sobre todo a través de la obra Bushidō, el alma de Japón (1899), escrita por Nitobe Inazō, que el bushidō adquirió un alcance universal, aunque esta versión estaba muy influida por los valores cristianos occidentales y victorianos.
Por otro lado, el código medieval de caballería era menos una realidad vivida que una construcción ideológica promovida por la Iglesia y la realeza. Su objetivo era regular y moralizar el comportamiento, a menudo brutal, de una nobleza guerrera, con el fin de reforzar la jerarquía social y la autoridad religiosa.
Estos dos ideales, samurái y caballería, son por tanto más una cuestión de mitología política y moral que de estricta verdad histórica.