Tsuchi kara, tantō afilado (土から, de la tierra).

Filo de tantō con vaina (saya 鞘) de madera lacada en negro con relieves (gotitas), trenzado (tsuka-Ito 柄糸 y sageo 下緒) marrón (marrón).

Cuenta la leyenda que nací de un trozo de tierra extraído de la montaña sagrada Fujisan (富士山). El maestro herrero que me dio la vida habría elegido el mejor mineral para transformarlo, tras semanas de duro trabajo, en una fina hoja. Pulida y afilada como una cuchilla de afeitar, se me confió entonces, junto con mi katana de idéntica montura, a un samurái que participó en la batalla de Sekigahara (関ヶ原の戦い) en 1600. Así es como viví este importante acontecimiento militar de la historia japonesa, a principios de la era Edo (江戸時代 1600-1868).
Perdidas durante décadas, junto con mis "hermanas mayores", las hojas de la katana y el wakizashi, redescubiertas hace sólo unos años, se nos dio una nueva vida con la ayuda de un joven herrero que nos emparejó con una nueva montura evocadora de nuestros orígenes, la tierra y la humedad de sus profundidades. En cuanto a nuestra guardia (Tsuba 鍔), formada por tres abanicos de guerra (Gunsen 軍扇), también recuerda su uso como protección durante los combates a espada.

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