Tantō afiló a Konohana-no-Sakuya (木花之佐久夜)

Filo de Tantō con vaina (saya 鞘) de madera lacada en negro, sageo negro (下緒), tsuka-Ito blanco (柄糸), provisto de una funda de tela protectora.

Al igual que las katanas y wakizashi que acompaño, llevo el nombre de la fuerza vital vinculada al florecimiento de los árboles, símbolo de la delicada y frágil vida terrenal, como las flores de cerezo. También conocida como Sengen-sama, es la kami femenina (神, una deidad o espíritu sintoísta) del monte Fuji (富士山 Fujisan), la montaña más alta de Japón. Situado en su cima, el santuario Fujisan Hongū Sengen-taisha (富士山本宮浅間大社) está dedicado a él.
Fui forjado en una cueva de la Montaña Sagrada. Calentado por el fuego de la Tierra, enfriado por las aguas heladas del casquete blanco que la cubre, trabajado por un maestro herrero que se mantuvo discreto, serví a varios maestros de armas, samuráis y rōnins(浪人), sin amo. Mi nueva montura recuerda mi nacimiento: negra por las profundidades de la Tierra y blanca por la nieve del invierno. Esta combinación de blanco y negro también recuerda mi vocación de distinguir y separar lo puro de lo impuro.

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